Lo he visitado muuchas veces pero siempre hay algún rincón nuevo o que te ofrece una nueva visión, desde el principio:
estando siempre pendiente de sus techos, todos distintos, todos especiales...
encontramos detalles, como el escudo de Colón, bordado en el más vistoso terciopelo rojo:
imaginando mil aventuras en sus patios de ensueño:
y soñando entre arcos, cientos de arcos...
¿cómo sería la vida en palacio? Da igual, podemos soñarla como nos apetezca, aunque no sea un palacio moro, podemos convertirnos en Aladín y Yasmin...
Detalles, mil detalles, ¿os habíais fijado alguna vez en este mono camuflado entre los arabescos?
No es una vidriera, es sólo cristal blanco pero tras él, el mas hermoso jardín se anuncia con mil matices:
Qué pena no poder acompañar estas imágenes de sonido, el agua al caer ya da sensación de frescor:
La mejor forma de transformar un huerto en un hermoso jardín, el agua...
Nos comentaron que estos jardines hay que visitarlos en distintas épocas de año, cuando diferentes plantas están en floración o en su máximo esplendor. Nos encontramos con las nectarinas florecidas, espectaculares esos árboles completamente blancos que nos recuerdan los cerezos de Japón o, más cerquita, del valle del Jerte:
El verde y el blanco, los colores de Andalucía...
Preciosidades como ésta nos rodeaban...
Sevilla, sus monumentos, sus rincones... y ahora su Semana Santa (pasada por agua como se está convirtiendo en tradición) Hoy, Domingo de Ramos, el día en que Sevilla se echa a la calle estrenando su mejor ropa, nosotros nos quedamos en casita y soñamos con el tiempo le de una tregua a tanta ilusión que lleva un año esperando sacar sus imágenes a la calle para compartirla con todos, el arte en la calle, la generosidad derramada. Ojalá...
Me despido con una canción que bailé mucho hace mucho tiempo, en una Semana Santa de agua....
Ciao amore.
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